Para esta nueva incursión en el negocio minero venezolano, Gold Reserve creó dos empresas de maletín registradas en Barbados (GR Mining y GR Engineering), apenas cuatro meses antes de la firma del primer convenio. Desde el principio, la compañía canadiense tomó previsiones ante eventuales decisiones arbitrarias, como las que motivaron su demanda ante el Ciadi.

Por su parte, el gobierno no ha podido acortar los lapsos en su intento de compensar la caída de los precios del petróleo con recursos obtenidos de la minería a gran escala. Las arcas de Venezuela todavía son insuficientes y la promesa de reinvertir la renta minera en programas asistenciales para los sectores de la población más empobrecidos es una quimera.

ara separar la deuda que tiene el Estado venezolano con Gold Reserve de su participación en el Arco Minero del Orinoco, la compañía canadiense creó dos filiales offshore en Barbados. El 14 de abril de 2016 nacieron GR Mining y GR Engineering, ambas empresas de maletín, constituidas deliberada y específicamente para incursionar en el proyecto extractivista.

GR Mining (Barbados) Inc. fue la que se asoció con la Corporación Venezolana de Minería, S.A. para crear la Empresa Mixta Minera Ecosocialista Siembra Minera, S.A.

“Esta filial offshore emerge como un tercero ajeno al acuerdo de pago entre Gold Reserve y el Estado venezolano. Se crea para garantizar que el Estado no tome medidas contra una empresa a la cual le debe”, explica el experto Ramiro Molina. No es un asunto irrelevante, porque en términos legales Gold Reserve y GR Mining son dos empresas distintas.

Hay otro riesgo. Gold Reserve puede vender la filial GR Mining. Bastaría ir al registro mercantil en Barbados y hacer la operación de traspaso de la propiedad. De esta manera, burlaría la prohibición impuesta por el Estado venezolano de ceder a terceros los derechos que ha obtenido para explorar, explotar y comercializar minerales en Las Brisas- Las Cristinas.

"Gold Reserve es la más interesada en participar en la explotación de Las Brisas-Las Cristinas, porque ese proyecto vale mucho más que la acreencia que tiene con el Estado venezolano. A los precios internacionales del oro en la actualidad, puede estar valorado en 70 millardos de dólares",
Ramiro Molina, experto.

En cuanto a GR Engineering (Barbados) Inc., se constituyó como una empresa subcontratada para la construcción de la planta de la empresa mixta Siembra Minera y, luego, para la prestación de servicios de asistencia técnica. Al igual que GR Mining, GR Engineering sólo existe en el papel. En su informe anual correspondiente a 2016, Gold Reserve señaló que apenas se había completado un “acuerdo contractual inicial” entre GR Engineering y Siembra Minera para la creación de una empresa de servicios que permitiría la contratación de consultores y contratistas de obras tempranas. Ni siquiera se había avanzado en la redacción de un documento donde se precisaría la ingeniería de detalle.

De tal manera que, sin contar con la capacidad en términos de recursos financieros, materiales, tecnológicos y humanos, las dos empresas de maletín creadas por Gold Reserve se quedaron con la mejor porción del Arco Minero del Orinoco.

No tenemos producción comercial en este momento (...). hemos experimentado pérdidas por operaciones en cada uno de los últimos cinco años, tendencia que continuará a menos que recabemos el pago (que le debe Venezuela), los ingresos de la venta de los datos mineros (240 millones de dólares por la información obtenida durante la exploración de Las Brisas) y/o adquiramos o invirtamos en proyectos alternativos, como Las Brisas-Las Cristinas, y logremos producción. Es posible que no podamos continuar como una empresa en marcha...”, admitió la Gold Reserve en su informe anual de 2016.

A este escenario desalentador habría que agregarle los riesgos de invertir en Venezuela que advierte la compañia canadiense: inestabilidad económica, incumplimiento de contratos, confiscaciones e invalidaciones de licencias mineras, auge de la criminalidad, actuación de grupos de delincuencia organizada y corrupción. Sin embargo, Venezuela sigue siendo su tabla de salvación.

La principal fortaleza de Gold Reserve es la acreencia que tiene sobre Venezuela. Han fracasado todas las inpugnaciones del fallo del Ciadi a su favor interpuestas por el Estado venezolano. En Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Luxemburgo cursan procesos judiciales que la empresa canadiense ha decidido “suspender temporalmente”, pero que solo cesarán en forma definitiva cuando el gobierno venezolano le pague la totalidad de lo que le debe y, adicionalmente, cumpla con los nuevos compromisos contraídos. Por si fuera poco, Gold Reserve ha amenazado en forma expresa con la posibilidad de solicitar el embargo de activos de la República en caso de incumplimiento de pagos.

Además del incremento de la deuda relacionada con el fallo del Ciadi, ya el 24 de febrero de 2016, el ministro de Petróleo y Minería, Eulogio Del Pino, había informado que las negociaciones con Gold Reserve incluían un mayor endeudamiento de Venezuela con la compañía canadiense, específicamente un préstamo de 2 millardos de dólares; así como la responsabilidad compartida entre ambas partes a efectos de obtener otros 2,1 millardos de dólares para financiar la exploración y explotación de Las Brisas-Las Cristinas. En el transcurso de las negociaciones, Venezuela acordó adelantar un desembolso de 110,2 millones de dólares.

A diferencia de los beneficios inmediatos que ha obtenido Gold Reserve, el Estado venezolano solo ha aumentado sus obligaciones con la compañía canadiense, hasta el extremo de garantizarle pagos con bonos de la deuda venezolana. A un año de la firma del primer convenio entre Gold Reserve y el Estado venezolano, las mayores ventajas están del lado de la empresa canadiense.

Las reiteradas solicitudes de información formalizadas ante el Ministerio de Desarrollo Ecológico, incluyendo entrevistas a los ministros Roberto Mirabal y Jorge Arreaza, para que explicaran por qué el gobierno ha sido tan complaciente con Gold Reserve fueron desatendidas. Sin embargo, hay dos razones determinantes:

1) El Estado está endeudado con la compañía canadiense y no tiene la disposición o la disponibilidad para cancelarle a corto plazo la indemnización de 769 millones de dólares que estableció el Ciadi; y

2) Aún sin tener mayor reconocimiento internacional por su trayectoria en la industria minera, Gold Reserve es la que más sabe sobre cuánto oro hay en Las Brisas-Las Cristinas, y en qué condiciones se encuentra. De hecho, un aspecto crucial de las negociaciones es la venta de la información que recabó durante 16 años de exploración; el llamado data pack, a un precio de 240 millones de dólares.

Igualmente, se solicitó información al representante de Gold Reserve en Venezuela, Arturo Rivero, quien también hizo caso omiso.

Luego de 25 años de accidentadas relaciones, Gold Reserve ha sofisticado sus procedimientos para continuar viviendo y sobreviviendo de sus negocios con Venezuela, sobre todo después de haberla doblegado en tribunales internacionales. Los avances del proyecto a través del cual explotará el yacimiento de oro más grande del país han respaldado las operaciones bursátiles que le permitieron salir de la quiebra en menos de un año. Creó empresas de maletín en Barbados que eventualmente podría vender y así burlar la prohibición de ceder a terceros los derechos que el gobierno venezolano le ha concedido. Y, además, pretende sacarle provecho a los tratados bilaterales sobre doble tributación suscritos por la isla caribeña que se suman a las ventajas fiscales que ya ha obtenido al asociarse con el Estado. En definitiva, Gold Reserve regresa a Venezuela con la habilidad del negociador que ha aprendido a escoger sus peleas, del explorador perspicaz que supo recuperar el gran nicho que había descubierto.